Barcelona ocupa un lugar destacado en la vida de Miguel de Cervantes: el escritor visitó la ciudad al menos en una ocasión, entre 1609 y 1611, y la convirtió en escenario del Quijote, donde la define como “archivo de cortesía y albergue de extranjeros”.
Esa relación reverdece esta semana, cuando Barcelona acoge, por primera vez en la historia, la reunión anual de directores del Instituto Cervantes. En este encuentro, que se ha inaugurado hoy y se clausurará el jueves, más de 80 responsables de esta institución dedicada a la difusión del español por el mundo analizarán sus líneas de trabajo y proyectos de futuro.
La agenda de la reunión incluye sesiones internas a puerta cerrada, mesas redondas y conferencias que giran en torno a cuestiones como las lenguas originarias, los institutos culturales europeos, la difusión de las culturas hispánicas y, sobre todo, el multilingüismo, un tema sobre el que se ha querido poner especial acento.
“Consideramos la diversidad una riqueza democrática”, ha dicho el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, en la presentación del encuentro. “Un idioma es más que un vocabulario, es una forma de huir de las identidades cerradas para reflexionar sobre democracia y los derechos humanos”.
García Montero, que ha recordado que el Cervantes cuenta con 100 centros repartidos en 47 países, también ha destacado que la elección de Barcelona como sede de la reunión de directores supone “reivindicar” la ciudad “como una de las grandes capitales” de la lengua española. Una línea que también ha defendido en su intervención el alcalde de la ciudad, Jaume Collboni, quien ha asegurado que citas como la de esta semana contribuyen a “consolidar a Barcelona como capital cultural iberoamericana, de España y de Europa”.
Anuncio de iniciativas cervantinas
La presencia del Instituto Cervantes en Barcelona además ha servido para que Collboni haya hecho públicas tres iniciativas municipales relacionadas con el autor del Quijote: por un lado, la creación de una beca dotada con 6.000 euros para promover la investigación sobre la relación entre Cervantes y la ciudad. Por otra parte, la celebración en 2025 del encuentro de la red internacional de Ciudades Cervantinas, una cita que ese año se sumará a la participación de Barcelona como invitada de honor en la Feria del Libro de Guadalajara y a la celebración de la cumbre Mundiacult de la Unesco. Por último, la colocación de una escultura de Don Quijote realizada por Juli González en el patio de las esculturas del Ayuntamiento.