El asesinato del candidato a la presidencia de Ecuador Fernando Villavicencio a manos presuntamente de sicarios ha conmocionado al país y teñido de sangre las elecciones para elegir al sucesor del actual mandatario, el conservador Guillermo Lasso, en un atentado que dejó al menos nueve heridos y donde murió un sospechoso del crimen.
Villavicencio, de 59 años, un periodista y exasambleísta que con sus investigaciones sobre corrupción se había convertido en uno de los enemigos más acérrimos del expresidente Rafael Correa (2007-2017), recibió esta noche una ráfaga de disparos al terminar un mitin de su campaña electoral que realizaba en un colegio de Quito.
El candidato fue trasladado a un centro médico cercano donde se certificó su muerte, confirmada luego públicamente por sus familiares y por personas cercanas a su candidatura.
Seis detenidos por el crimen
Seis personas fueron detenidas por su presunta implicación en el asesinato de Villavicencio.Las detenciones se realizaron durante una serie de allanamientos realizados en Conocoto y San Bartolo, dos barrios de la capital ecuatoriana, según informó la Fiscalía de Ecuador a través de sus canales oficiales.
El Ministerio Público también informó del deceso de un sospechoso del crimen que fue capturado tras mantener un tiroteo con el personal de seguridad.
De acuerdo a la misma Fiscalía, que no informó de la identidad del fallecido, este supuesto autor del atentado fue conducido primero a un juzgado de Quito y luego a un centro médico, en cuyo trayecto en ambulancia se confirmó su deceso.
Crisis de seguridad en Ecuador
Villavicencio, que se definía públicamente como de centro pese a haberse situado en sus inicios en la izquierda moderada, era uno de los ocho candidatos inscritos para suceder a actual presidente, el conservador Guillermo Lasso, en las elecciones generales extraordinarias convocadas para el próximo domingo 20 de agosto, y como al resto, le había sido facilitado un resguardo policial.
El periodista y exasambleísta había denunciado semanas atrás amenazas de muerte en su contra, en medio de una campaña electoral que gira en torno a la peor crisis de seguridad que azota a Ecuador, que cerró 2022 con una tasa de 25,32 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, la más alta desde que se tiene registro.
Este auge de homicidios está vinculado principalmente, según el Gobierno, al crimen organizado y el narcotráfico, que en los últimos años se ha hecho fuerte en la zona costera, donde ha convertido a los puertos ecuatorianos en grandes trampolines de la cocaína que llega a Europa y Norteamérica.
Villavicencio planteaba un combate frontal contra la corrupción y contra las mafias que operan en el país.
El asesinato del candidato ha conmocionado a Ecuador, sumido en una profunda consternación que ha llevado a algunos de sus rivales a suspender sus campañas electorales.