Recortes y titulares de los diarios y las revistas más importantes de la época en contraste con las cartas enviadas por los jóvenes soldados a sus familias, la mirada más humana del conflicto de 1982, se acumulan estos días en Buenos Aires.
En vísperas del 42° aniversario de la guerra de Malvinas, la Biblioteca del Congreso de Argentina busca contar aquel desgarro desde un prisma cultural, a través de una muestra que cuenta el enfrentamiento de 1982 entre Argentina y el Reino Unido desde dos puntos de vista.
El primero es un recorrido histórico mediante recopilaciones gráficas, con los medios de comunicación locales como reflejo del conflicto, junto a sus pormenores diplomáticos alrededor del mundo. Esa información pasaba por el filtro militar, dado que la Junta militar, entonces presidida por Leopoldo Galtieri, permitió a sólo un puñado de corresponsales de medios públicos acompañar a las Fuerzas Armadas a las islas.
La tapa de la revista Gente y la actualidad, del 6 de mayo de 1982, bajo el titular "Estamos ganando", manifiesta esa "versión oficial". Se ve una foto de varios soldados argentinos, cuerpo a tierra a punto de disparar y bajo la leyenda: "Martes. 16.10 horas. Puerto Darwin, Islas Malvinas. Soldados argentinos esperan posible desembarco. Sin embargo, sólo se registra un ataque aéreo. Dos aviones ingleses son abatidos". Cuatro días antes, el Reino Unido había hundido el crucero ARA General Belgrano, fuera del área de exclusión establecida por el Gobierno británico, causando la muerte de 323 navales, aunque no había mención del suceso en todo el ejemplar.
"La muestra Malvinas está pensada como un punto de inflexión en nuestra historia, abordándolo como un hecho cultural, con la posibilidad de dar un recorrido historiográfico de lo que fue, lo que significó y el abordaje que hicieron los medios", explica a EFE Sebastián Calderón, integrante del equipo de la Biblioteca del Congreso.
La selección de cada artículo periodístico da cuenta del contexto geopolítico, que arranca con el desembarco en las islas Malvinas, el 2 de abril de 1982, pasando por la llegada de los británicos y la debilidad política de la Junta Militar, tras firmar la rendición el 14 de junio de ese año.
La muestra hace foco en la construcción narrativa de los medios. "Esta parte dialoga con el segundo eje de la muestra: las cartas que los soldados de Malvinas mandaban a sus familiares. Dan cuenta de visión totalmente distinta", enfatiza Calderón.
Las cartas de los reclutas
La segunda parte retrata un muestrario más humano: cartas y telegramas que jóvenes reclutas enviaban a sus seres queridos fueron encuadradas y colgadas en las paredes de la Biblioteca.
"Una de las cartas que más me llamó la atención, e incluso me hizo reír, es la de un soldado que le cuenta a sus familiares estar muy orgulloso y feliz de trabajar como cartero en la guerra. Tenía que caminar cuatro kilómetros todos los días para recoger y repartir la correspondencia de sus camaradas. En medio de tanta tragedia es destacable que alguien fuera feliz por ser mensajero", rememora Calderón.
El centro de documentación epistolar de la Biblioteca ha recogido durante años todo tipo de material relacionado con la participación argentina en Malvinas. "Son una fuente en primera persona inobjetable de cómo fue la situación de los soldados en las islas", agrega.
Pese a que los soldados también pasaban por el control militar, entre líneas cada mensaje describe a la perfección el lugar inhóspito donde se encontraban, combatiendo más el frío y el hambre que al enemigo. Un paralelismo de lo alejado que estaban los medios de comunicación de la realidad.
La guerra de Malvinas finalizó 74 días después con 649 bajas totales del lado argentino, 255 del Reino Unido y tres civiles isleños. La derrota militar aunó, aún más, el descontento generalizado de la sociedad con el gobierno militar, que se vio obligado a llamar a elecciones y entregar el poder.
La pelea por Malvinas continúa en democracia mediante reclamos diplomáticos, pese a la negativa británica de reanudar las conversaciones, ante Naciones Unidas y organismos internacionales. Lejos de los despachos, la cuestión Malvinas, en Argentina, es cultural.