Toma de posesión histórica. Xiomara Castro asumió este jueves la presidencia de Honduras, convirtiéndose en la primera mujer en ostentar este cargo en el país centroamericano.
La llegada al poder de la dirigente izquierdista —esposa del expresidente Manuel Zelaya, derrocado en 2009 tras un golpe de Estado— se produce en un momento especialmente convulso para Honduras, con una grave crisis económica, problemas de corrupción y narcotráfico y un Parlamento muy divivido.
Arropada por los seguidores del Partido Libertad y Refundación, Castro, de 62 años, fue investida en el Estadio Nacional de Tegucigalpa.
En la ceremonia estuvieron presentes representantes de diversos países, entre los que se destacaron la vicepresidenta de EE UU, Kamala Harris, y el rey de España, Felipe VI, además de líderes latinoamericanos de izquierda, aunque hubo una notoria ausencia de mandatarios regionales.
Junto a la compañía inseparable de Zelaya, Castro pronunció un discurso en el que subrayó la importancia de ser la primera mujer en ocupar la presidencia hondureña.
"Estamos rompiendo cadenas y tradiciones. Este hecho histórico, solo pudo surgir de la voluntad mayoritaria del pueblo", dijo la dirigente, que recordó que "han tenido que pasar 200 años desde que se proclamó nuestra independencia" para que una mujer se convierta en presidenta.
En los próximos cuatro años, Castro, quien dijo tener una "propuesta de refundación del Estado socialista y democrático", deberá solucionar algunos de los problemas más arraigados de Honduras, como la pobreza que afecta al 70% de sus 9,5 millones de habitantes, más de un millón de desempleados, malos sistemas de educación y salud, una violencia criminal, corrupción y narcotráfico, entre otros.
"Mi Gobierno no continuará la vorágine de saqueo que ha condenado a las generaciones de jóvenes a pagar la deuda, que contrajeron a sus espaldas. Debemos arrancar de raíz la corrupción de los 12 años de dictadura", clamó la presidenta, quien prometió "no más narcotráfico ni crimen organizado".
Ante las cerca de 30.000 personas que llenaron el Estadio Nacional de Tegucigalpa, Castro recordó que Honduras se ha convertido "en el país más pobre de América Latina", lo que explica "la caravana de miles de personas que huye a EE UU buscando un lugar y una forma de subsistir sin importar el riesgo para sus vidas".
La presidenta también señaló que la refundación del país comienza por el restablecimiento del "respeto al ser humano, la inviolabilidad de la vida" y "la seguridad de los ciudadanos".
"No más escuadrones de la muerte, no más silencio ante los feminicidios, nos más sicariato, no más narcotráfico ni crimen organizado", recalcó la dirigente, que añadió que refundar Honduras es "una misión de patria", que "no solo llamará a cuentas a aquellos que han sido responsables de que la imagen de nuestro país ande por los suelos, si no que estamos comprometidos con nuestra propuesta del socialismo democrático, a sentar las bases de combate frontal a la corrupción, para que estos hechos que nos han avergonzado jamás vuelvan a repetirse".
Castro también anunció la instalación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras, con el apoyo de las Naciones Unidas.