Artes

Camila Moreno: “Imaginar es un ejercicio político”

La música y productora chilena habla de ‘Rey’, disco postapocalíptico en el que convergen nombres como Donna Haraway, Gabriela Mistral y Michael Ende.

Santiago de Chile
La música y productora chilena Camila Moreno, en una imagen promocional del disco 'Rey'. NOLI PROVOSTE

Hace un par de años, antes de la pandemia, antes de la revuelta popular chilena, la artista Camila Moreno (Santiago de Chile, 1985) entró en un proceso de revolución propio. Algo que ella califica como una expansión, como abrir una puerta para “entrar al mundo del desprejuicio: musical, moral, hacia les otres, hacia la vida”, dice en los primeros minutos de esta entrevista. Yo lo recuerdo. Porque me lo dijo. A principios del 2019 nos reunimos y me contó sobre cuestionamientos sobre su sexualidad, pero también sobre un sentimiento de libertad que se metía por todos los rincones. Ese día hablamos sobre lo mucho que le estaba gustando Rosalía y lo último de Justin Bieber. Lo mucho que estaba disfrutando el bailar reguetón y encontrarse con su cuerpo de otras formas.

Todo esto podría no significar mucho para alguien que tiene pocos datos sobre la artista: es una de las compositoras y productoras chilenas que más ha experimentado con la canción popular durante la última década. Desde una raíz folclórica al inicio de su carrera, pasando por el rock y la electrónica. Fan de Björk y PJ Harvey, su discografía ha sido sinónimo de riesgos y sorpresas, como si fuera un universo en permanente construcción. Pero antes de la pandemia, antes de la revuelta popular, Camila me anunciaba que había más límites que le interesaba cruzar. Siempre hay más.

Ahora nos reunimos nuevamente a conversar sobre Rey, su último disco, que es más que eso: es la historia de X, un cyborg, y M, una mutante. Una historia de amor en un mundo postapocalíptico, en donde el ser humano ha sido declarado en peligro de extinción. Fuera de la trama, para Camila, este es un álbum en donde “la revolución está mezclada con el placer. Y lo social se mezcla con la revolución personal. Porque lo personal es colectivo”, dice.

—En este último tiempo, he hablado con algunas escritoras sobre cómo la ficción es una herramienta para la sobrevivencia para las mujeres y las disidencias. Siento que en tu ímpetu de crear Rey hay mucho de eso.

—Sí, totalmente. Creo que lo que más me ha interesado en los últimos dos o tres años es cómo conversa el feminismo con la ciencia ficción. Ahí hay una posibilidad tremenda que tiene que ver con imaginar un mundo posible. Todo lo que vivimos son narraciones. Eso es la realidad. Todo lo que hemos creado tiene que ver con cuentos, con historias. Creo fervientemente en eso de que el lenguaje crea realidad y la ciencia ficción es una herramienta para empujar los límites de lo posible. No sé si necesariamente tiene que ser una utopía ese imaginario, pero sí hay una posibilidad de expansión, de conocimiento, de búsqueda que es inagotable y eso es maravilloso. Hoy en día, en un mundo como en el que vivimos, imaginar es un ejercicio político.

Videoclip de la canción 'Déjame', de Camila Moreno con Ximena Sariñana y Lido Pimienta. YOUTUBE

Es imposible no pensar en Donna Haraway y Úrsula K. Le Guin al escuchar y ver la historieta web en la que se relata la historia de Rey. En la creación de estos mundos, en la figura del cyborg como fin al binarismo de género. Camila tomó impulso para crear la idea a partir de un proyecto que se detuvo. En la era MySpace, antes de la Camila Moreno solista, hubo un dúo llamado Caramelitus, compuesto por ella y el músico Tomás Preuss. Hace un tiempo, ambos hicieron un intento de darle un nuevo aire al proyecto. Ahí fue cuando ella pensó en crear un mundo en donde dos androides viajaban del futuro al pasado para intentar recordar cómo era emocionarse.

“Ahí empecé a investigar, me topé con El Manifiesto Cyborg, y ese proyecto finalmente no se realizó. Pero yo ya venía con este impulso de estar leyendo a Judith Butler con El género en disputa. Y en el caso de Donna Haraway, sobre el género en todas sus versiones: las distancias entre el animal, la máquina y el humano”.

Dice Camila que cuando se encontró con El Manifiesto Cyborg se enamoró. Y comenzó un proceso de revisión de su infancia y adolescencia. “Yo tenía el estigma de ser muy masculina porque me gustaba jugar a la pelota o subirme a los árboles y siempre lo viví con mucha culpa, por no ser lo suficientemente femenina o señorita. Luego, en mi adultez, lo mismo, pero expresado en la dueña de casa, en la buena madre… y yo justo yo venía saliendo de eso, de romper con esa idea”, explica. Se refiere a su disco anterior, Mala Madre (Plaza Independencia, 2015), para el que llevó a cabo una investigación que desembocó en canciones alrededor de ideas como el “significado de la maternidad, dónde empieza y dónde termina y quién inventó ese arquetipo”, dice.

“Cuando me topé con todo esto, me hizo mucho sentido. Más aún cuando entendí que tenía que ver con el ejercicio de imaginar y de crear historias, nuevas narraciones para nuestra realidad, justamente para sobrevivir”, explica. “Porque la narración del status quo a mí se me hace poco llevadera, no solo a nivel material y concreto, sino a niveles espirituales y emotivos. Me deprime un montón. El mundo de X y M, de Rey, tiene muchas citas a La chica inclinada, un cómic de Benoît Peeters. También a La historia interminable de Michael Ende, y también a la idea de los niños ferales, criados por animales. Esos niños que se forjan fuera de la cultura”.

En 'Rey', Camila Moreno construye una historia de amor con cyborgs y mutantes. VALPALAVECINO

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Rey es un disco complejo de diseccionar. Musicalmente, en su elaboración “se robó mucho”, dice Camila riendo. “Estaba creando dentro del computador, como quien hace un disco de música electrónica o hip hop. [Con el productor Iván González] creamos mucho con samplers. Robamos mucho. Tenemos samplers de Boards of Canada, unos cellos de Kim Gordon, cosas de PJ Harvey, de St. Vincent. Por ejemplo, las cajas en ‘Es real’ son de Haim, ja, ja. Hay mucho juego con música de otros que no necesariamente se parece a este disco, pero está ahí”.

Y también encontramos a Gabriela Mistral en ‘Corderito mío’, un poema suyo que Camila musicalizó. “Ese poema yo se lo cantaba a mi hijo cuando estaba recién nacido, cuando ni siquiera pensaba en hacer este disco”, explica la artista, que destaca que ese texto narra “de manera muy fiel” su experiencia de la maternidad. “Esa es la gracia de los buenos poemas y de la gente que está iluminada con el lenguaje como es el caso de Gabriela Mistral. Describen sutilezas y construyen imágenes que tú no podrías explicar con tu propio lenguaje”, agrega.

Pero no es solo en ese aspecto en el que Gabriela Mistral se mete en Rey: “Ella se me atravesó cuando leí las cartas que le enviaba a Doris Dana. Muchas de ellas, no sé si todas, están escritas en masculino. Creo que hay un ejercicio de ruptura de género que también está impreso en este disco. Por eso se llama Rey. Hay una canción que se llama ‘Villano’. Otra que se llama ‘Hombre’. ¿Por qué no yo también puedo ser un hombre? Está la idea de inventar un arquetipo nuevo, porque el otro ya lo traemos”, apunta Camila. “Ese es el ejercicio que estamos haciendo hoy, un poco a ciegas, viendo hacia dónde vamos a transformar todo esto que nos carcomió y nos castró como sociedad”.

Son precisamente ‘Hombre’ y ‘Quememos el reino’, canciones que se publicaron como sencillos en contextos muy significativos. La primera, el 18 de octubre de 2020, a un año del inicio de la revuelta popular chilena. “Esa canción es una furia”, dice Camila. Y me cuenta la historia: “En un inicio esa canción tuvo nombre y apellido. Se la escribí entre 2018 y 2017 a un manager que tuve hace muchos años, que me robó plata y fue muy horrible conmigo. Pero después me di cuenta que lo que yo estaba tratando de decir trascendía a este personaje, que esa rabia tenía que ver con la idea del hombre, tiene que ver con el arquetipo. Viendo a los pacos (policías), viendo a Piñera, ahí hice el coro. Terminé de hacer la canción cuando entendí de lo que se trataba en realidad”.

Videoclip de la canción 'Hombre', de Camila Moreno. YOUTUBE

‘Quememos el reino’, por su parte, también tuvo un proceso de meses hasta cerrar. La comenzó a escribir en la víspera de la huelga feminista del 8 de marzo de 2019 y terminó en los días de la revuelta popular. Se publicó el 5 de diciembre, a casi dos meses del inicio de las protestas, y funcionó como una arenga para todas las mujeres que salían a las calles con sus amigas, hijas, madres, compañeras. Camila dice que hay una frase dentro de esta canción que resume el espíritu del disco: Yo la voy a recibir con este fuego para poder amarte. “Lo que quiero decir es que voy a ir con todo, porque esta revolución la estamos haciendo por amor. Eso es lo que yo sentía durante el estallido social, y me asombra que a veces la gente se niegue a hablar de eso, como si fuera infantil o nimio”.

—¿A qué te refieres?

—A que cuando uno habla de amor, en general, la gente lo ve como algo demasiado ambiguo, como algo muy hippy. Pero la lucha que dejamos tantas personas en la calle, la gente que sufrió de todo tipo de horrores, es porque amamos la posibilidad de ese cambio para que nuestres hijes y nietes puedan vivirlo. Nosotros no vamos a ver los frutos de ese cambio. Ya nos criamos en esto, con estas limitantes y con una Constitución escrita en dictadura. Yo tengo 36 años y todavía estamos en el proceso. Estamos luchando para que para otros pueda ser distinto, que son los que vienen. Y para mí ese es un acto de amor. Y ese amor no está exento de placer. Si no hay disfrute, estamos cagados.

Y la conversación vuelve al inicio, cuando Camila me responde cuáles son las ficciones que le han ayudado a ella a sobrevivir. “Siempre me he mantenido con los ojos abiertos para lograr ver más allá de mi ombligo, para ver cosas que tienen que ver con la magia”, dice. “Eso lo hago desde niña. Tratar de girar la cabeza y mirar desde otra perspectiva, para ver cosas que no son obvias, que no están en el mundo de los cuadrados. Esas pueden ser cosas muy clichés pero profundas, como cuando miras un árbol, una gota de agua o un insecto y eres capaz de entender que eso pertenece a un mundo misterioso, inentendible y maravilloso. Cuando entiendes eso, entras a otra manera de estar en el mundo”.

Periodista especializada en música pop y feminismo. Directora de la revista digital POTQ Magazine y fundadora de la web Es Mi Fiesta. Organizadora del festival Santiago Popfest. En 2020 publicó Amigas de lo ajeno, libro que da voz a algunas de las artistas más representativas de la música chilena.