¿Cómo te contaron la guerra?

La caída de la Málaga republicana fue vivida y escrita por destacados intelectuales extranjeros. El documental ‘Caleta Palace’ recupera esos testimonios.

El actor Pepe Viyuela, en el rodaje del documental 'Caleta Palace', de José Antonio Hergueta. MLK PRODUCCIONES
El actor Pepe Viyuela, en el rodaje del documental 'Caleta Palace', de José Antonio Hergueta. MLK PRODUCCIONES

Hay tantas maneras de contar una guerra como testigos queden de la barbarie. La guerra civil española es infinita. A veces, incluso parece no haber terminado. Debería sentirse lejana, pero se airea todo el tiempo. Hasta aparecen paradojas como que los más jóvenes que no la vivieron dicen tener más claro qué pasó y cómo pasó. Hay un relato “actual” sobre la República y la guerra del 36 que parece desafiar incluso a la historia. Lo que siempre han recomendado los amantes de la objetividad es “ir a las fuentes”, recabar los testimonios de los testigos y exponer sus datos. Y que cada cual saque sus consecuencias.

Cuando estaba entregado a la investigación de otros hechos, al director y productor malagueño José Antonio Hergueta (1966) le pusieron en las manos unas memorias poco conocidas, ni siquiera traducidas, de algunos testigos de aquellos días de tensión, zozobra y tragedia que asolaron su ciudad natal en los prolegómenos de la guerra civil y hasta su caída.

Tan placentera como industriosa, Málaga ya era entonces un mosaico de nacionalidades atraídas por su privilegiada situación. Era casa del escritor británico Gerald Brenan y de su esposa, la poeta estadounidense Gamel Woolsey. Sus libros Memoria personal, El laberinto español y Málaga en llamas evocan esos fatídicos días que ambos vivieron en primera línea. Sir Peter Chalmers-Mitchell, también británico, contó las vicisitudes en Mi casa en Málaga, la cual estaba radicada en el bello barrio del Limonar. El húngaro Arthur Koestler dejó en Diálogo con la muerte el testimonio su accidentada peripecia en aquel escenario, elegido por él para contarlo en la prensa y a sus jefes de la Komintern. Le acompañó la noruega Gerda Grepp, quien tuvo acceso a aquella dantesca situación que supuso su gran bautizo de fuego en el periodismo. También lo fue para el italiano Bonaventura Caloro, que entró en la ciudad con las tropas enviadas por Mussolini y escribió crónicas de inmediato.

Seis testigos, seis, de diferentes nacionalidades y sensibilidades que dejaron por escrito lo que vieron y sintieron en un momento crucial para la vida de Málaga, de España y del mundo. Un caleidoscopio de datos y opiniones que conforma este nuevo relato cinematográfico sobre un episodio emblemático de la guerra civil: la defensa y caída de la Málaga republicana. En su epicentro se sitúa el hotel desde donde ellos miran, el Caleta Palace, que da título a este documental que, por su singular producción y excelente pulso narrativo, es finalista de los premios Goya.

Ana del Arco, como Gerda Grepp, en el documental 'Caleta Palace', de José Antonio Hergueta. MLK PRODUCCIONES
Ana del Arco, como Gerda Grepp, en el documental de José Antonio Hergueta. MLK PRODUCCIONES

La nómina de testigos que incluye el filme de Hergueta se completa con dos españoles. Una que se encuentra allí por accidente, Mercedes Formica, que escribe su Pequeña historia de ayer. Y un muy destacado personaje de la ciudad y miembro del grupo clave que impulsó el levantamiento franquista, Luis Antonio Bolín, autor de España, los años vitales. Se encargan de traer al presente las voces de todos ellos los actores Pepe Viyuela, Amparo Pamplona, Miguel Rellán, Ana del Arco, Fernando Ramallo, Nadia de Santiago, Miguel Hermoso y Pedro Casablanc.

Con abundante material gráfico de archivo, utilizado diestramente, Caleta Palace ofrece reconstrucciones y vistas de la Málaga actual. Pero el verdadero mérito del modelo de contar la historia está en los testimonios literales. Hay actores que nos hacen sentir los textos como verdaderos elementos salidos de la memoria de sus autores. Le dan vida al relato. Pero, más allá de las caracterizaciones, estamos ante las palabras sin manipulación de los testigos que vivieron la situación.

El drama vivido por la ciudad, protagonista absoluta de la historia, sus incendios, secuestros, bombardeos, penurias y escapadas, se va apoderando de la mente del espectador. Los materiales de archivo recopilados muestran aquella urbe desvencijada, empobrecida, atrapada en un pasado mísero. Vemos a sus gentes desarrapadas y lanzadas a la revancha. Seres anónimos que están escribiendo para la historia un drama de dimensiones épicas, el drama de una ciudad como epicentro de un terremoto que sacudiría al mundo entero.

Aunque son Málaga y su gente en general los grandes protagonistas de esta tragedia, la persecución entre dos personajes cruciales de bandos opuestos, Bolín y Koestler, ocupa buena parte del tercer acto del filme, acentuando el tono de drama humano vivido en este conflicto bélico tan local como mundial. El hombre que consiguió el Dragon Rapide a Franco para saltar de Marruecos a España en el alzamiento frente a un espía del bando comunista camuflado de corresponsal. Un enfrentamiento ideológico que llega a la inquina personal, y que termina confrontando a ambos cara a cara en el escenario malagueño. El final sería peliculero por imprevisible.

El actor Miguel Rellán, como Sir Peter Chalmers, en el documental 'Caleta Palace'. MLK PRODUCCIONES
Miguel Rellán, interpretando a Sir Peter Chalmers, en un fotograma de 'Caleta Palace'. MLK PRODUCCIONES

Se recuerda siempre que en una guerra la primera baja es la verdad. Quizá la única verdad sea el número de muertos. El resto acaba siendo tema opinable, realidades según cada punto de vista. Aquí está el mérito y ejemplo de Caleta Palace. No es un documento de parte. Es una suma de testimonios muy relevantes, en gran parte nada partidistas, al tratarse de testigos ajenos a la fratricida batalla española. Es el acierto de su guion, bien complementado con una mezcla imaginativa de imágenes históricas y también actuales, que sugieren más que imponen.

La del documental no es una historia inventada ni un guion creado. Son testimonios de un momento concreto que se hicieron memoria en libros. Hergueta los rescata sin cambios ni alambiques. Recompone el rompecabezas de esa serie de miradas sobre los mismos hechos, con perspectivas tan diferentes. Una historia construida a retazos, hechos de íntimas verdades. Quizá no haya forma más clara de ver y sentir la guerra que desde el testimonio claro y directo de quien la vivió como mero observador.

¿Cómo fue la guerra, en tu ciudad, en tu casa? ¿Cómo y quiénes nos la han contado? Hay tantas guerras como testigos de la tragedia. Aquella Málaga en llamas vista desde la ciudad cosmopolita y activa de hoy parece una pesadilla irreal de un sueño que no debió soñarse.

Periodista y cineasta. Presidente del Club Internacional de Prensa. Ha trabajado como corresponsal en Estados Unidos y Asia y ha dirigido diversos documentales, entre ellos, Leonora Carrington, el juego surrealista (2012), película biográfica rodada con la artista en su casa de la Ciudad de México.

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