Artes

‘Reglas para pelear’: retrato de un padre muerto

La fotógrafa peruana Paola Jiménez quiso investigar el asesinato de su progenitor. De esa búsqueda surgió un proyecto artístico sanador.

Barcelona
Fotos del padre de Paola Jiménez, Feliciano, y de su cartera incluidas en el proyecto 'Reglas para pelear'. PAOLA JIMÉNEZ

Lima, Perú, 1998. Feliciano Jiménez Valle es asesinado de cinco balazos en la cabeza. Por entonces, su hija Paola solo tenía cinco años y no conseguía entender qué era lo que estaba ocurriendo. A partir de ese momento, la desaparición de su padre se convertiría en la gran pregunta sin resolver a lo largo de su vida. ¿Qué ocurrió? ¿Por qué lo mataron? ¿Había hecho algo para merecer aquel final? Pero, a pesar de sus preguntas, sus hermanos y su madre evitaban hablar sobre el crimen; no querían volver a recordar el que quizá sea el peor momento de su vida, así que Paola comenzó a investigar por su cuenta.

“Era 2014 y por entonces ya estaba en la Escuela de Fotografía”, cuenta Paola Jiménez desde Lima. “Nos encargaron realizar una serie de autorretratos, pero a mí no me gusta hacerme fotos a mí misma, así que me puse a reflexionar sobre otros modos de autorretratarme. Se me ocurrió que una foto de mi papá también podría considerarse un autorretrato mío, ya que su vida y su muerte prematura habían definido buena parte de mi vida. La profesora, además, me animó a profundizar en la relación que mantenía con él y sobre mis sentimientos al respecto, con el propósito de que se transformara en un proyecto artístico”.

La investigación

La búsqueda interior comenzó con otra exterior. Intentando descubrir más cosas sobre su padre, Paola escudriñó los armarios de su casa, entre los recuerdos de su madre, pero sin contárselo a ella. “Lo primero que encontré fue algo que me conmovió mucho”, continúa la fotógrafa. “Mi mamá tenía guardados en un armario varios objetos que mi papá llevaba encima cuando lo mataron. Esto último lo supe por algo que resultaba evidente: seguían llenos de sangre. Su billetera, su pañuelo… La cartera todavía contenía varios recibos de solo unos días antes de que lo mataran”. Paola también dio con varios documentos relacionados con el juicio que había seguido a la muerte de su padre. Unos papeles en los que se relataban datos muy explícitos sobre el paradero su cuerpo, el lugar en el que le habían disparado, la persona que había encontrado el cuerpo y en qué momento había sido, entre otros detalles.

Informe forense del asesinato de Feliciano Jiménez incluido en 'Reglas para pelear'. PAOLA JIMÉNEZ

Por entonces, Paola ni siquiera sabía que se había celebrado un juicio. Gracias a esta información, acudió a los juzgados donde pudo examinar toda la documentación relativa a la muerte de su padre. El proceso judicial había durado casi ocho años y existían más de dos mil folios de documentación. Entre ellos, encontró testimonios de su madre, de sus tíos, de personas del entorno empresarial de su padre, y de gente que había estado en el lugar de los hechos aquel día.

El asesinato

“A mi padre lo mataron por dinero”, explica Paola. “Mi papá empezó a vender ropa en Lima poco después de llegar desde Cuzco, de donde es mi familia. El negocio le iba bien, pero entonces se dio cuenta del bum textil que se estaba produciendo en aquellos años en la ciudad. De repente, se comenzaron a abrir muchas empresas de confección de ropa en Lima y mi padre convenció a sus hermanos para montar juntos un negocio de venta de telas”.

El nuevo negocio les fue muy bien, crecieron poco a poco gracias al trabajo de Feliciano, que era una persona muy carismática y que dirigía la empresa con acierto. “Pero él era consciente de que aquello se acabaría en algún momento, así que buscó otras empresas en las que invertir”, recuerda Paola. “Un amigo lo convenció para hacerlo en su empresa, pero el amigo comenzó a esquivar a mi papá y a sus hermanos, y tampoco les daba información sobre la marcha del nuevo negocio. Pasó así un tiempo hasta que pudieron concertar una reunión con esa persona a la que mi papá decidió ir solo. Fue entonces cuando lo asesinaron”.

“La teoría es que su amigo lo mató porque había perdido el dinero e intentó deshacerse así del problema. En aquella época, ese tipo de noticias eran el pan de cada día. Había secuestros y asesinatos todo el tiempo en Perú. Mi padre fue solo un número más en la estadística”, dice Paola.

Fotografía del lugar de Lima en el que Feliciano Jiménez fue asesinado. PAOLA JIMÉNEZ

Un confuso duelo

La muerte de Feliciano Jiménez pudo ser solo una más de las que se producían en el país durante aquellos años, pero en su familia supuso todo un cataclismo. Tras su fallecimiento, vivieron años de mucha confusión. El entorno de Paola quedó completamente marcado por esta muerte inesperada, por las visitas continuas al cementerio y por el silencio alrededor de los hechos. “Siempre me pregunté qué era lo que había hecho mal mi papá para que lo mataran, porque, en mi mundo de entonces, si te mataban era porque eras malo”, cuenta Paola.

A lo largo de los años, la fotógrafa fue encontrando más documentos y objetos en la casa que consiguieron dar forma al recuerdo borroso que conservaba. Como un antiguo cuaderno de su padre de antes de conocer a su madre. “En él, mi papá hablaba sobre lo que él pensaba acerca de las relaciones; el amor y la familia que quería establecer en el futuro”, explica Paola. “Fue muy interesante descubrir cómo pensaba en aquella época, cuando era muy joven. Supongo que él nunca imaginó que nadie lo fuera a leer, y mucho menos su hija, pero eso me ayudó a entender la relación que mis padres tuvieron, cómo era él como pareja, como familiar, como hombre… Muchas cosas que yo anhelaba saber sobre él las descubrí en ese cuaderno”.

Fragmento del diario del padre de Paola incluido en 'Reglas para pelear'. PAOLA JIMÉNEZ

Paola también halló una bolsa llena de carretes sin revelar. Eran fotos que su padre, un gran aficionado a la fotografía, había tomado entre 1986 y 1998. Al revelarlas, Paola se encontró con 706 imágenes que nunca había visto, en las que aparecían ella y sus hermanos, pero también fiestas y paisajes. “Fue un proceso que duró un año y medio, y fue bastante bonito, ya que yo tenía la sensación de que no había compartido tiempo con él, pero al ver todas las fotos que me había hecho y en las que salíamos los dos, me di cuenta de que sí que habíamos pasado tiempo juntos. Aquellas fotos eran la prueba. Además, gracias a esto descubrí su pasión por la foto. Yo no estudié fotografía por eso, no lo sabía y nadie en mi familia se ha dedicado a nada artístico, pero resultaba que teníamos eso en común”.

Finalmente, Paola encontró seis horas de grabaciones de video en las que se escuchaba la voz de su padre, cómo interactuaba con la gente, cómo hablaba en quechua y en español....

‘Reglas para pelear’

Con todos estos materiales y tras asistir a diversos talleres de creación de proyectos fotográficos y fotolibros en lugares tan lejanos entre sí como México, Buenos Aires, Letonia o Tokio, en los que tuvo contacto con multitud de artistas, el proyecto Reglas para pelear —bautizado así por una de las anotaciones de su padre en el cuaderno que Paula encontró— fue tomando forma entre 2016 y 2020.

En 2019, el proyecto fue nominado para los Cosmos PDF Awards, para los Women Photographers Grant del PHmuseum y seleccionado como uno de los mejores proyectos del año según la comisaria Yumi Goto para la revista British Journal of Photography. En 2020 ganó el premio Bird in Flight y este año se le acaba de conceder el premio Female in Focus 2021, que otorga la ya mencionada British Journal of Photography.

Paola ha ido tomando fotografías de todo el proceso de investigación desde un inicio, creando un archivo que en principio estaba destinado a ser personal, pero que ha acabado integrándose en el proyecto. “Cuando empecé no tenía muy claro cómo abordar el tema, pero había aprendido que era importante registrar lo que yo sentía o lo que para mí representaban algunas cosas: objetos, lugares, personas… Sabía que estas fotos podrían aportar algo al proyecto, o quizás no, pero sí que ayudaban a mi proceso de digerir todo lo que estaba aprendiendo sobre mi historia familiar. Para mí era importante documentarlo”.

Paola, vestida con ropa de su padre, junto a su madre, en una imagen de 'Reglas para pelear'. PAOLA JIMÉNEZ

Al contemplar su obra, resulta casi inseparable separar el proyecto artístico del proceso personal. Reglas para pelear nos presenta a una de las fotógrafas jóvenes más interesantes y premiadas de Perú, pero además ha conseguido sanar a su autora y, de paso, ha ayudado a completar el rompecabezas de una familia que se rompió hace más de 20 años. “Siempre quise tener una mejor relación con mi familia. Quería a mi padre, pero él está muerto y ellos vivos. No nos llevábamos mal, pero tampoco bien. Algo no encajaba. Con la investigación comencé a empatizar con su dolor, y me ayudó a entenderlo, lo que me ha hecho estar más cerca de ellos. Y eso quizá es lo mejor que he conseguido con este proyecto, incluso más importante que conocer a mi padre”, concluye.

Periodista. Colabora en medios como ICON, S Moda y Vice Latinoamérica.