No tiene redes sociales excepto Facebook, y casi por obligación: para que sus lectores sepan cuándo tiene firma de libros. “Aunque luego no viene nadie, ¿sabes?”, reconoce entre risas Cristina Campos (Barcelona, 1975), finalista del Premio Planeta 2022 por Historias de mujeres casadas, una novela que habla con honestidad y generosidad sobre ‘la verdad’ de los matrimonios desde un punto de vista femenino.
Directora de casting y guionista de películas y series, Campos compagina su trabajo en el sector audiovisual con la escritura desde que en 2016 publicara —también en Planeta— con notable éxito de ventas su primera novela, Pan de limón con semillas de amapolas, que el año pasado tuvo una adaptación cinematográfica con guion escrito por ella y Benito Zambrano, quien dirigió la película.
“El matrimonio no coarta la libertad, lo que lo hace son los hijos. Muchas veces seguimos con nuestros matrimonios por ellos”, aseveraba Campos en la rueda de prensa posterior a la entrega del Planeta, cuyo primer premio ha recaído este año en Luz Gabás. Y es que en su libro la autora ha querido reflejar lo que ella denomina “el sutil mundo de la infidelidad femenina”.
- Es muy valiente escribir una novela que hable de infidelidad femenina, un tema poco tratado.
- Creo que he llegado a ser finalista del Premio Planeta por lo valiente que he sido, ya que no se habla mucho del deseo femenino. Es un tabú. Pero eso forma parte del machismo, porque no se puede concebir que una mujer casada no desee a su marido.
- Es también un tema un diferente.
- Las escritoras francesas se abren en canal. Mi referente, y te aseguro que no soy oportunista, es Pura pasión, de Annie Ernaux [reciente Premio Nobel de Literatura 2022]. Cada vez que me pasaba escribiendo me decía: “Vuelve a Pura pasión”. Cuando me he desnudado tanto psíquicamente, vuelvo para atrás y me digo: “No, no, no. Esto no lo expliques. Cuando leas la novela lo entenderás”. Y borro. Y lo diluyo un poco. Pero luego vuelvo para atrás y digo: “No; tengo que ir a favor de la obra”. Si tan solo hubiera pasado por encima de los matrimonios, no hubiera ganado, no hubiera quedado finalista, que para mí es ganar.
- Al final, está escribiendo una novela. Otra cosa es decir: “Estoy aquí explicando mis memorias”. Entonces ya hay que pensárselo un poco más...
- Mi vida no le interesa a nadie. Pero es verdad que he sido muy honesta.
- Para situar un poco al lector, ¿de qué va Historias de mujeres casadas?
- La novela empieza y acaba en Boston debido a que el marido de la protagonista, Gabriela, es ingeniero y trabaja en una filial ahí. La trama principal sucede en Barcelona, que es donde se conocen cuatro mujeres en un entorno laboral. El tercer escenario es Formentera, un lugar que a la protagonista le da paz y tranquilidad. Ahí es donde ella va con sus amigas para desahogarse. La sororidad, la amistad femenina, está muy presente en toda la novela.
Estas cuatro mujeres trabajan en una revista de moda y son una periodista (Gabriela), una estilista, una fotógrafa y la redactora jefe. Es un entorno urbano, burgués, en el que la protagonista es una mujer blanca, europea y privilegiada. Gabriela lleva 10 años casada con un tipo estupendo, inteligente, con sus más y sus menos. Porque ya sabemos que lo de que lo de los hijos unen… Suele haber mucho conflicto cuando hay hijos por en medio. Por lo menos, en el 99,9% de los casos de las mujeres que yo conozco.
Hay un momento, cuando llevas tanto tiempo casado y el deseo hacia tu marido no está —que es el caso de mi protagonista—, en el que se te cruza un hombre en tu vida al que deseas. Eres independiente económicamente y muy libre para irte y acabar con tu matrimonio.
- Y nadie se va a escandalizar
- Nadie. El cotilleo del primer momento: Fulanita se ha separado, pero ya está. Ahí está la decisión de irte o quedarte. ¿Y por qué te quedas? Por los hijos. Además, en nuestra generación, seguimos siendo las cuidadoras. La generación de nuestras hijas, seguramente, ya no. Pero, por el momento, somos las cuidadoras...
- A lo que hay que sumar la carga mental…
- Por supuesto. Organizarlo todo: el pediatra, los deberes, la fiesta del colegio… Sin hijos, esta novela no funciona.
- ¡Sin hijos, una se va!
- Ellos no se lo piensan tanto. Por lo menos, los casos que he conocido de hombres que se han enamorado de otras. O son capaces de llevar la doble vida.
- Pero ellos solo se van si conocen a otra.
- Evidentemente, es raro que lo hagan. Pero ellas sí.
- Entiendo que el problema de la protagonista es que está bien con su marido, pero la relación sufre un desgaste. Cualquier mujer que tenga hijos sabe perfectamente de qué estamos hablando. ¡El problema es que no se habla de ello! Carmen Posadas, jurado del Premio Planeta, dijo que era una novela que interesaría mucho a las mujeres, pero que tendrían que leer los hombres.
- ¡Tendrían que leerlo para entendernos!
- Considera el mundo de la infidelidad femenina como sutil y muy distinto al de la infidelidad la masculina. ¿Por qué?
- Mi protagonista se cruza con un hombre cada mañana que no conoce de nada. Sabe que es un escritor, conoce su obra. Y le hace sentir tan viva... Es una mirada al día, y le hace tan feliz... Es su momento del día. Se pone rímel para verle, y en esos dos segundos se siente bonita, deseada, hermosa.
Su marido la desea igual. En mi novela, hablo con mucha ternura de los hombres. Da igual que nuestros cuerpos envejezcan, las cicatrices de la cesárea; pasan los años, y ellos se siguen queriendo acostar con nosotras cada mañana. El deseo sexual del hombre es muy noble. Sin embargo, nosotras, dejamos de verlos.
- ¿Puede ser debido al agotamiento que llevamos encima?
- Puede ser, pero no solo por eso. También pasaría aunque no estuviéramos tan cansadas. Es verdad que el sexo en el hombre y en la mujer es completamente distinto… ¿No crees que nos desean más ellos a nosotras que nosotros a ellos? Al final, estoy hablando de un tipo de mujer.
- ¿Hay otros tipos de historias en el libro?
- Sí, de hecho, en la historia de una de las amigas de la protagonista es el deseo masculino el que cae y ya no desea a su mujer. Eso también sucede, pero en mucha menor proporción.
- Su anterior novela fue adaptada al cine. ¿Ve Historias de mujeres casadas en la gran pantalla?
- Sí, yo ya escribo de una manera muy cinematográfica. Tengo formación de guionista. Hago un esquema con primer, segundo, tercer acto, los giros de la historia, el clímax y el anticlímax.