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Cuando Julio Iglesias fue el rey de América

Hans Laguna disecciona en el libro ‘Hey!’ las claves del éxito de uno de los mayores mitos de la música en español.

Barcelona
El cantante español Julio Iglesias, que conquistó América en los años ochenta. ELENA CANTÓN

4 de julio de 1986. Hipódromo de Manors Down, Texas.

Julio Iglesias, blazer azul marino de botones dorados y camisa de color blanco impoluto que contrasta con su piel bronceada, aparece en el escenario del Festival Farm Aid junto a la estrella country Willie Nelson. El improbable dúo interpreta ‘To All the Girls I've Loved Before’ frente al nutrido grupo de rednecks boquiabiertos con banderitas americanas que forma parte del público de este evento musical destinado a recaudar fondos para los granjeros estadounidenses. Una cita en la que también participan Bob Dylan, The Beach Boys, Bon Jovi y Neil Young, entre otras estrellas.

¿Cómo había llegado hasta ahí el artista español? 

Esta pregunta asaltó la mente del músico y sociólogo barcelonés Hans Laguna después de toparse por casualidad en YouTube con el vídeo de aquella actuación. El hecho de que Julio Iglesias fuera conocido para una audiencia tan diferente a la que habitualmente se le supone sorprendió a Laguna, que decidió investigar al respecto. Entonces fue cuando descubrió que el cantante y Willie Nelson eran amigos, y que su presencia en el Farm Aid estaba totalmente justificada, ya que por aquel entonces la figura de Julio se había convertido en habitual en los hogares estadounidenses. No en vano, durante los años ochenta y principios de los noventa, Iglesias fue increíblemente grande en medio mundo. Un hecho que ha quedado opacado por el paso del tiempo y de las modas, y también tras la memetización de un personaje que hoy es tratado por algunos con condescendencia, por otros con desprecio y por una gran mayoría desde una irónica superioridad. 

Pero las pruebas de la inmensidad de Julio siguen ahí para quien las quiera consultar, como ese vídeo de su aparición en el Farm Aid que se encuentra en el origen de Hey! Julio Iglesias y la conquista de América, un libro recientemente publicado por la editorial Contra en el que Laguna no solo se ocupa de la carrera estadounidense del artista, sino que repasa su trayectoria desde los inicios hasta la actualidad, analizando cada una de sus etapas y contando cientos de anécdotas en sus algo más de 400 páginas.

En un país como España, en el que a sus mitos, más que conocerlos, se prefiere pegarles fuego, Hey! se ha convertido instantáneamente en el libro de referencia en español sobre la figura de Julio ya que, más que una biografía o una colección de escenas divertidas, es un análisis en profundidad del cantante que (se supone) iba para portero del Real Madrid y acabó vendiendo más de 300 millones de discos.

Debido a todas las capas de prejuicios que rodean a Julio —o JI, como se suele referir a él el autor en el libro—, la aproximación al personaje desde este punto de vista tan analítico fue complicada. “Por un lado, tenía que romper un montón de prejuicios que yo mismo tenía”, explica Laguna en conversación con COOLT. “También me enfrentaba a materiales complicados a nivel musical, vídeos musicales de otra época, y era muy fácil pasarme de irónico o de crítico”.

“Una de las cosas que más me preocupó fue eso, cuál tenía que ser el tono y la actitud con la que lo tenía que estudiar”, agrega Laguna. “Creo que al final hay ironía, pero también hay respeto, hay neutralidad, incluso a veces hay cariño. He ido basculando entre diferentes actitudes y perspectivas durante la investigación y la escritura del libro, y eso se refleja en el resultado”.

Una avalancha de información

En su libro, Laguna despliega una notable la cantidad de referencias, un material que tuvo que filtrar con cuidado debido a la cantidad ingente de información que Julio ha generado a lo largo de su extensísima carrera, no solo musical, sino también en los medios de comunicación: “Iglesias ha sido una persona extremadamente mediática. Ha concedido miles de entrevistas. Hay un montón de testimonios. Toda la gente de su entorno se ha manifestado al respecto, ha escrito libros, ha dado por su parte un montón de entrevistas hablando de su relación con Julio…”.

Laguna confiesa que el manejo de tanta documentación estuvo a punto de desbordarle en algunos momentos, y que tuvo que descartar mucho material: “La investigación fue complicada por el volumen de información que había y la necesidad de darle forma de ensayo, con una historia y una estructura manejable y atractiva que creo que al final he conseguido”.

Vídeo de Julio Iglesias interpretando 'Hey!' en el programa de Johnny Carson, en 1983. YOUTUBE

Evidentemente, es difícil que quienes lean Hey! puedan resistirse a escuchar al menos los grandes temas de Julio Iglesias. Quizá si lo hacen les pasará como a Laguna, quien, siendo músico, se puso a analizar algunas de estas canciones y encontró arreglos, producciones y letras de lo más interesantes. Al autor también le sorprendió el manejo de la voz del cantante madrileño, que permitía que acrobacias vocales bastante complicadas parecieran sencillas, sobre todo en la época dorada sobre la que habla el libro.

“La producción de los años setenta, con sus arreglos orquestales, me parece muy interesante”, explica Hans. “También el primer disco y otro más que grabó en Estados Unidos, con un presupuesto estratosférico y con los mejores músicos de la industria. Aunque, claro está, son muy de la época. Creo que, en general, su obra musical tiene aspectos interesantes que quizá no resultan fáciles para los oídos actuales, pero que a mí sí que me sorprendieron y me hicieron pensar que, a nivel artístico, quizás tenía más valor que el que yo le había supuesto a aquel curioso personaje, delgado y bronceado, que veía en la tele de los años noventa en casa de mi abuela”.

El asalto a Estados Unidos

Como indica su título, lo que recibe más atención en Hey! Julio Iglesias y la conquista de América es el proceso y las estrategias que hicieron que un músico español con más imagen que voz arrasara en los ochenta en Estados Unidos y que, incluso, llegara a ser la imagen internacional de Coca-Cola, al tiempo que Michael Jackson o Madonna lo eran de Pepsi. Pero ¿cuáles fueron estas estrategias?

Según Laguna —que en su ensayo traza paralelismos entre los desembarcos americanos de Julio y de Rosalía—, no hay una fórmula que pueda resumirse en pocas palabras, sino que son multitud de factores. “Algunos parten de sus méritos personales y artísticos, de su carisma, de sus cualidades como cantante. Pero yo me fijo más en los aspectos estructurales y, en particular, en toda la maquinaria que se desplegó para lanzar a Iglesias a ese lado del Atlántico: desde su discográfica, CBS, que ahora es Sony, a su agencia de relaciones públicas, Rogers & Cowan, hasta su agencia de contratación, que se llamaba William Morris”, explica Laguna. “En su éxito, fue clave toda la campaña de comunicación y de promoción que fue allanando el terreno antes de sus lanzamientos discográficos en Estados Unidos y que le permitió tener una exposición y una visibilidad increíbles en la época, sobre todo en televisión”.

Cameo de Julio Iglesias en la serie de televisión 'Las chicas de oro', en 1989. YOUTUBE

Pero, independientemente del análisis, lo más atractivo de la figura de Julio Iglesias siempre será su carácter y las miles de anécdotas que este ha provocado a lo largo de sus más de 50 años de carrera. Laguna tuvo que descartar cientos de historias que no cabían en el libro, pero reconoce que quizá su favorita tuvo lugar cuando el cantante estaba grabando su primer disco en inglés para conquistar Estados Unidos, 1100 Bel Air Place, en un estudio de Los Ángeles: “En el estudio de al lado estaba Prince grabando Purple Rain. Al parecer, en las pausas Prince se ponía a jugar al baloncesto en una pista que había al lado del estudio, y a Julio, que era muy obsesivo trabajando y se tiraba allí mil horas, su mánager lo tenía que sacar de la cabina de grabación para que descansara un poco justo en la pista de básquet. La anécdota es Julio Iglesias, 1,85 metros de altura, delgadísimo, jugando al baloncesto con Prince, mucho más bajito que él pero mucho más ágil. Y Prince le pegaba unas palizas tremendas a Julio y a su equipo de españoles. Esa es la imagen: Prince toreando a Julio Iglesias al baloncesto”.

De la música a los memes

El libro no solo se centra en estos años dorados, sino que sigue un poco la pista de Iglesias hasta nuestros días, sin olvidar, claro está, una faceta que lo ha hecho muy conocido en los últimos años: los memes. Y, según Laguna, parece ser que las infinitas variaciones de la famosa foto de Julio señalando al espectador, con sonrisa burlona y que siempre terminaba con las palabras “y lo sabes”, le hacen mucha gracia al creador de ‘De niña a mujer’: “Por lo que se sabe, como uno de los principales intereses del cantante es que su impacto social vaya más allá de su faceta como músico y que su imagen de marca circule por el máximo de formatos mediáticos posibles, los memes le parecen algo fantástico, porque no dejan de darle notoriedad y consiguen que se siga hablando de él en el siglo XXI”.

Meme de Julio Iglesias. ARCHIVO

Laguna recuerda que en una entrevista alguien se atrevió a preguntarle al artista por el espinoso tema de que la gente más joven lo conociera más como un meme que como un cantante, y que él dijo que le parecía muy bien. “Julio considera que esa fama mediática puede ser la puerta de entrada a su música o a su condición de artista. Le pasaba lo mismo con la prensa del corazón. Siempre ha preferido que se hable de él, sea por el motivo que sea. Y estar circulando por los móviles e internet en forma de meme, pues al parecer le hace gracia y le hace sentirse orgulloso de su fama”.

La vejez del mito

Los años han pasado para todos, y Julio Iglesias —“el sex symbol de la menopausia”, según la revista Time— ahora ya es un señor de 78. ¿Cómo está llevando su inevitable decadencia física?

“No la lleva muy bien”, responde Laguna. “Se deja ver poco, aunque ha declarado que volverá a cantar, que en unos meses reemprenderá la gira que tuvo que suspender debido a la pandemia, pero parece que no está en su mejor momento. Y es que, claro, al ser alguien que ha dependido tanto de su imagen y la ha rentabilizado de tal forma, la entrada en la senectud no le está cayendo muy bien”.

Vídeo de Julio Iglesias interpretando 'América', en 1986. YOUTUBE

Tras varios años junto a la figura de Julio Iglesias, escuchando su música, viendo sus vídeos y leyendo cientos de documentos dedicados a él, Laguna reconoce que, aunque todavía hay muchas cosas que lo separan de él, sumergirse en la vida del artista le ha hecho empatizar con él a un nivel que no hubiese imaginado: “En cierto sentido, se ha convertido en una especie de amigo”.

Por eso, al autor le alegra que el libro haya llegado a manos de Iglesias. Según sus informaciones, la estrella lo está leyendo. Laguna cree que, a pesar de que contiene algunos pasajes en los que no queda demasiado bien, al cantante le gustará el resultado final, ya que reconoce su relevancia, se lo toma en serio y lo analiza rigurosamente. “Me consta que eso le ha alegrado y que está contento de que se le haya reconocido de esta forma, pero también de que se hable de él en España por algo más serio que sus demandas de paternidad y demás escándalos”, concluye Laguna.

Justo hace unos días, en su cuenta de Instagram, Iglesias cargaba contra las “mentiras” y “especulaciones” vertidas sobre su vida y dejaba entrever que estaba escribiendo sus memorias. “La esencia de la verdad, no la han contado”, aseguraba.

Periodista. Colabora en medios como ICON, S Moda y Vice Latinoamérica.