Cada año que abandonamos nos deja también un puñado de libros memorables, esos que indefectiblemente quedarán asociados a su tiempo y a situaciones de lectura íntimas, privadas. El hecho de preguntarles a escritoras y escritores qué libros disfrutaron —en vez de consultar a críticos, periodistas o artistas de otras disciplinas— puede suscitar ciertos riesgos. Porque muchas veces los autores están trabajando en un proyecto y sus lecturas son sesgadas en función de eso, o bien porque no siguen tan de cerca el aluvión feroz de novedades editoriales. Pero a la vez sus gustos son reveladores; nos amplían las fronteras de sus estéticas y nos permiten generar asociaciones entre sus elecciones y sus obras.
Para este balance del año 2021 consultamos a autoras y autores que viven en distintos puntos del planeta con la intención de relevar qué destacan entre cientos de libros publicados en tiempos de incertidumbre y turbulencia. Llaman la atención algunas coincidencias, y también el amplio abanico de géneros, editoriales y líneas de lectura. La narrativa lleva la delantera en las elecciones, pero la poesía y el ensayo no se quedan nada atrás. A su vez, tienen igual protagonismo las editoriales nuevas y pequeñas todavía —como Tránsito de España o Chai de la Argentina— que otras más instaladas e indiscutibles como Anagrama o sellos asociados a grandes grupos, como Lumen, Salamandra o Literatura Random House.
Es curioso también notar que muchos de los libros seleccionados no fueron publicados durante 2021, sino un año antes. Como si las fronteras entre 2020 y 2021 fueran más difusas que nunca. Es que los días que vivimos en pandemia sin duda implican una noción temporal más deforme; es más sencillo pensar en esos dos años como un continuum que marcar explícitamente un corte.
Por otra parte, algunos autores decidieron justificar sus elecciones, destacando algún aspecto de los libros elegidos para transmitir su entusiasmo. Otros, en cambio, prefirieron solo dar los nombres de manera escueta y que seamos los lectores quienes profundicemos. Valga entonces este listado posible de descubrimientos.
Daniel Saldaña París (México)
- Furia, de Clyo Mendoza (Almadía - Sigilo)
“Una novela que escapa a los temas y los registros de moda, escrita desde un lugar otro, con una voz que parece trabajada durante décadas pero que conserva el arrebato irracional y brillante de los debuts narrativos más demoledores. Un trabajo desde el lenguaje y la imagen, no desde el dictado predecible de la trama y la consigna –que en general triunfa en México por la nefasta influencia de los programas gringos de escritura creativa–”.
- Ventana cerrada, de Rodrigo Flores Sánchez (Libros UNAM)
“La voz más perturbadora de la poesía mexicana le pertenece a Rodrigo Flores. Este libro se publicó a finales del año pasado y, como sucede con las cosas importantes y las novedades de poesía, pasó desapercibido para la mayoría de los lectores. Lo atraviesa un diálogo con la fotografía, pero también con la memoria, con la historia de la música, con la ciudad como presencia fantasmal”.
- La red oculta de la vida, de Merlin Sheldrake (GeoPlaneta)
“Este libro es de 2020, pero nadie sabe separar estos dos años tajantemente. No se puede medir la influencia de este libro en el nuevo auge de la fascinación por los hongos, pero sin duda es en parte responsable. Su explicación del micelio me provocó un entusiasmo similar a leer por primera vez a J.G. Ballard o a Theodor Sturgeon. Si existe una posibilidad de salvación, está en los hongos”.
Leila Guerriero (Argentina)
- Desmorir, de Anne Boyer (Sexto Piso)
- Yo soy el monstruo que os habla, de Paul B. Preciado (Anagrama)
- Encrucijadas, de Jonathan Franzen (Salamandra)
“Los dos primeros me llenaron de entusiasmo e insurrección, me sobresaltaron, me hicieron sentir envidia de la inteligencia y la prosa de sus autores. El tercero es una novela que podría ser infinita: una podría seguir leyendo durante meses la historia del ascenso y la caída de esta familia de Chicago engarzada en una trama sofisticadísima. El único problema con esta novela de Franzen es que termina”.
Diego Zúñiga (Chile)
- Ensayos I, de Lydia Davis (Eterna Cadencia)
“Quizá ya sería hora de dejar por escrito esa ley que dice que todo lector de Barthes es un lector en el que podemos confiar. Lydia Davis, en sus ensayos, lo confirma una y otra vez, ya sea escribiendo sobre otros (Lucia Berlin, Flaubert, Blanchot) o indagando, con un ojo deslumbrante, en la escritura y sus rincones oscuros”.
- Sobre Barbara Loden, de Nathalie Léger (Chai)
“A propósito de lectoras de Barthes, otro libro fascinante de este 2021 es este, sin duda”.
- Se vive y se traduce, de Laura Wittner (Entropía)
“Leímos la poesía de Laura Wittner con entusiasmo y alegría, leímos sus traducciones con gratitud y fascinación, y ahora llega este libro en el que indaga en su oficio pero también donde se descubre narradora, ensayista: una escritora de un talento descomunal. Este es un libro para subrayar, para discutir, para regalárselo a todas las personas que siguen creyendo que la literatura es algo posible”.
- Qué estoy haciendo aquí? y otros poemas hablados, de David Antin (Ediciones UACh)
“Alguna vez me crucé con el nombre de David Antin en una antología de poesía universal traducida por poetas chilenos. El poeta a cargo de traducir un breve poema de Antin era Diego Maquieira. Desde ahí no olvidé nunca su nombre hasta que a principios de 2021 apareció esta antología, que reúne tres largos talk-poems, o poemas hablados o poemas-charla, como considera Andrés Anwandter –traductor y prologuista del libro– que es la mejor forma de traducir esa expresión, esa forma que Antin halló para desarrollar su poesía. Hay que destacar el trabajo de Anwandter, que logra trasladar el fraseo delirante de Antin a nuestro idioma para entregarle al lector una experiencia nueva, profundamente gozosa”.
Jon Bilbao (España)
“En 2021 he decidido escapar del dictado de las novedades y he leído, o releído, muchos clásicos: Faulkner, Pasternak, Malaparte... Ha sido muy purificador apartarse de unas lecturas que a veces llegan a convertirse en una imposición social; fisgando en las redes sociales, me da la impresión de que todos estamos leyendo lo mismo.
No obstante, también he leído alguna novedad. Me han gustado mucho Segunda casa, de Rachel Cusk (Libros del Asteroide), entre otras razones por el modo como imbrica la pandemia en una trama muy personal sin llegar nunca a hablar explícitamente de ella. También he disfrutado El poder del perro de Thomas Savage (Alianza), una novela de 1967 pero que se ha traducido ahora al castellano con motivo de su adaptación al cine por parte de Jane Campion”.
Guadalupe Nettel (México)
La autora de El cuerpo en que nací alterna en sus elecciones la obra de tres de sus compatriotas con el último libro de la premiada dramaturga francesa.
- Aviones sobrevolando un monstruo, de Daniel Saldaña París (Anagrama)
- Serge, de Jazmina Reza (Anagrama)
- El invencible verano de Liliana, de Cristina Rivera Garza (Literatura Random House)
- Las cicadas, de Yael Weiss (Elefanta Editorial)
Pedro Mairal (Argentina)
- Los llanos, de Federico Falco (Anagrama)
“Un hombre después de una ruptura amorosa se va a esconder y a hacer una huerta al campo. Y la novela te mete en el tiempo de la naturaleza. Eso es lindísimo. Y las estaciones, y la crueldad de la naturaleza. Lo despiadado y la lentitud. Está muy logrado ese tiempo de lo natural”.
- Poeta chileno, de Alejandro Zambra (Anagrama)
“Zambra está viviendo en México y desde allá logra mostrar Chile. Muestra toda una generación entera de poetas, una dinámica que es propia de los poetas en Chile. Y también algo de lo que nunca se habla que es del amor de un padrastro. Está buenísima la novela. Me parece muy emotiva”.
- No es un río, de Selva Almada (Literatura Random House)
“Ahí está todo lo que Saer llama ‘la zona’, los ríos, las islas. Cómo lo muestra Selva Almada a través de los personajes me impactó mucho. La violencia, la amistad también, la gente de las islas. Es muy impresionante lo que hace. Por momentos me recuerda a Pedro Páramo pero del Litoral de la Argentina. Me gustó mucho y la tuve que leer dos veces para entender algo que no había entendido del todo”.
Llucia Ramis (España)
La escritora y periodista catalana suele estar muy actualizada en materia de novedades y de este año elige dos libros recientes de narrativa escrita en español y dos traducciones claves.
- Huaco retrato, de Gabriela Wiener (Literatura Random House)
- En la casa de los sueños, de Carmen María Machado (Anagrama)
- Plegaria en el asedio, de Damir Ovcina (Automática)
- Hamnet, de Maggie O’Farrell (Libros del Asteroide)
Juan Cárdenas (Colombia)
- Un verdor terrible, de Benjamín Labatut (Anagrama)
“La artesanía del libro es convencional (un poquito de Sebald, un poquito de Carrère...), pero Labatut es un buen escritor y te permite asomarte al horror sobrenatural y al profundo misterio que desataron los descubrimientos científicos más relevantes del último siglo. Historia y ciencia se entrelazan en una especie de fábula quebrada en mil pedazos que juega con un motivo clásico de la literatura moderna: el peligro fáustico de acceder al conocimiento de los secretos de la naturaleza”.
- El jardín de Reinhardt, de Mark Haber (Siruela)
“Haber debe de ser actualmente el autor más sudamericano de la literatura de los Estados Unidos y con esto no me refiero a su procedencia ‘étnica’, sino al conocimiento y la pasión que tiene por la literatura de estos confines, que al final se contagia a sus propios libros. Esta novela está ambientada precisamente en las selvas del oriente argentino a comienzos del siglo XX, donde Reinhardt, heredero de un emporio tabacalero y erudito, emprende una expedición para ir a conocer a Emiliano Gómez Carrasquilla, un oscuro filósofo que es la máxima autoridad en el estudio de la melancolía, el tema que obsesiona a Reinhardt”.
Mariana Enriquez (Argentina)
Siempre fascinada por lo extraño, y muy lectora de sus contemporáneos, la autora de Nuestra parte de noche destaca tres libros que ofrecen miradas originales sobre la violencia y el horror, todos escritos en español.
- Miles de ojos, de Maximiliano Barrientos (El Cuervo)
- La señora Potter no es exactamente Santa Claus, de Laura Fernández (Literatura Random House)
- Páradais, de Fernanda Melchor (Literatura Random House)
PowerPaola (Ecuador)
“Este año fue el año en que menos leí. Me costaba concentrarme. Leí varios libros de poesía y cosas más fragmentarias como Diario del dinero de Rosario Bléfari y Fantasmas Buenos de Cecilia Pavón. Pero si tengo que elegir, me quedo con esto tres”.
- Inframundo, de Xina Ocho (Hotel de las Ideas)
- En la Tierra somos fugazmente grandiosos, de Ocean Vuong (Anagrama)
- Los llanos, de Federico Falco (Anagrama)
Fernanda Trías (Uruguay)
Un rescate, un ensayo destacado por la crítica y los cuentos de una joven escritora argentina son las elecciones de la autora uruguaya que en 2021 arrasó con varios premios literarios por su novela Mugre rosa.
- Claus y Lucas, de Agota Kristof (Libros del Asteroide)
- La palabra que aparece, de Enrique Díaz Álvarez (Anagrama)
- Tres truenos, de Marina Closs (Tránsito en España, Dharma Books en México y Bajolaluna en Argentina)
Martín Kohan (Argentina)
- ¿Qué será la vanguardia?, de Julio Premat (Beatriz Viterbo)
“Este libro es el descubrimiento dichoso de que uno ha estado pensando junto con otro, a la par de otro, también gracias a otro. Y ese otro no lo sabía. Y uno mismo tampoco”.
Andrés Barba (España)
“Dos descubrimientos recientes y memorables. Dos escritoras españolas no tan conocidas, pero que a mí me parecen dos apisonadoras de talento”.
- Estaré sola y sin fiesta, de Sara Barquinero (Lumen)
- Las madres no, de Katixa Agirre (Tránsito)
Daniel Mella (Uruguay)
Aunque aclara que no estuvo tan atento al lanzamiento de novedades, el autor de la hermosa novela El hermano mayor igualmente se inclina por tres libros de narrativa latinoamericana aparecidos en los últimos años.
- Mugre rosa, de Fernanda Trías (Literatura Random House)
- La ilusión de los mamíferos, de Julián López (Literatura Random House)
- Estrella madre, de Giuseppe Caputo (Literatura Random House)
Camila Sosa Villada (Argentina)
“Todos estos títulos que son los que recuerdo ahora son libros que me dejaron un poco desorientada, perdida, repensando. Libros que pegan como un asalto al banco. Te roban sin que te des cuenta algo de paz. Y no hay a quién reclamar nada”.
- Las gratitudes, de Delphine de Vigan (Angrama)
- Canción de tumba, de Julián Herbert (Literatura Random House)
- Mubarak, de Laura García del Castaño (Buena Vista)
- Fuegia, de Eduardo Belgrano Rawson (Seix Barral)
- Algo que quería contarte, de Alice Munro (Lumen)
- Apegos feroces, de Vivian Gornick (Sexto Piso)
- El corazón del daño, de María Negroni (Literatura Random House)
Olivia Teroba (México)
- Frontera interior, de Astrid Méndez López (Alacraña/Libros UNAM)
“Un libro de ensayos breves donde, como si de una conversación íntima se tratara, la autora nos cuenta la historia de sus lecturas y escrituras, intercalada con reflexiones y experiencias que en conjunto nos hablan de su relación con la poesía, con su familia, con las palabras que a veces resultan insuficientes y otras alcanzan a expresarlo todo, aclaran la confusión y nos devuelven al mundo”.
- Donde no hago pie, de Belén López Peiró (Lumen)
“Si en su libro anterior, Por qué volvías cada verano, la autora utiliza la polifonía para acercarnos a la experiencia de vivir una situación de abuso y contarlo a su familia, en este libro se sumerge en la primera persona para narrar el proceso judicial que sigue a la denuncia. Para ello, elige con precisión ciertas escenas que retratan un sistema de justicia insuficiente, pero también el apoyo de personas cercanas y las preguntas que surgen acerca del cuidado propio”.
Autores de las fotografías: Andrea Tejeda (Daniel Saldaña París), Diego Sampere (Leila Guerriero), Rodrigo Fernández (Diego Zúñiga), Mely Avil (Guadalupe Nettel), Augusto Starita (Pedro Mairal), Marta Calvo (Llucia Ramis), Lisbeth Salas (Juan Cárdenas), Nora Lezano (Mariana Enríquez), Ángel Soto Saldivar (PowerPaola), Fernanda Montoro (Fernanda Trías), Martín Rosenzveig (Matías Kohan), Eduardo Carrera (Andrés Barba), Catalina Bartolomé (Camila Sosa), Mónica Garrido (Olivia Teroba).